lunes, 6 de abril de 2015

El signo Lingüístico

Denotación y connotación

  • Denotación: es el significado objetivo que tienen las palabras.

  • Connotación: son los rasgos subjetivos que asociamos a esos significados; y que por lo tanto cada uno añadimos al significado real de estas palabras

El signo lingüístico

La lengua es la manifestación del lenguaje e una comunidad concreta y está formada por un conjunto coherente de signos lingüísticos.
Se compone de dos facetas:

a)               el significante: el nombre de las cosas, la imagen acústica que va unida al concepto de cada cosa.

b)               El significado: el concepto o idea abstracta que el hablante extrae de la realidad.



·         Características del signo lingüístico:

a)    Carácter lineal: Los elementos de cada signo, al igual que cada signo respecto al otro se presentan uno tras otro, en línea del tiempo (cadena hablada) y en el espacio (escritura).

b)    Carácter arbitrario: La relación entre significado y significante no responde a ningún motivo; se establece de modo convencional. Cada lengua usa para un mismo significado un significante distinto.

c)    Carácter mutable e inmutable: Por ser arbitrario, el signo no depende de ningún hablante en particular; es inmutable, permanente, ningún individuo lo puede cambiar.  Por otra parte es evidente que las lenguas cambian porque van cambiando los signos; son mutables a largo plazo.

d)    Carácter articulado: Las unidades lingüísticas mayores son divisibles en partes más pequeñas, reconocibles e intercambiables. El signo lingüístico es doblemente articulado porque puede someterse a una doble división:

·         Según la primera articulación, el signo se descompone en partes con significado y significante, susceptible de ser utilizado en otros contextos. Las unidades de esta primera articulación se denomina monemas.
·         Según la segunda articulación, se divide en unidades más pequeñas sin significado, pero que son distintivas. Estas unidades son los fonemas.

El signo lingüístico

·         Indicios: son aquellos que parecerse la objeto significado, mantienen con él alguna relación de dependencia. Por ejemplo el humo es indicio de que hay fuego, la palidez de una persona es un indicio de enfermedad etc. Muy frecuentemente el emisor no es un ser humano, y aunque se el signo no necesita ser interpretado para existir, ya que se conserva aunque desaparezca el objeto interpretado.

·         Iconos: Son signos intencionados que se caracterizan por una gran similitud entre el objeto representado y la representación. Al igual que en los indicios, el carácter significativo del icono permanece aunque el objeto representado hay dejado de existir. La fotografía de una persona es un ejemplo de icono, una representación gráfica de un animal, un dibujo etc. Son otros ejemplos. En ocasiones, el usuario debe de tener ciertos conocimientos arbitrarios para entender la semejanza en el objeto y su representación; por ejemplo, en un mapa hay que conocer una serie de datos arbitrarios (la escala, las curvas de nivel o los significados de los colores) para interpretar la información.

·         Símbolos: Son signos intencionados que basan la relación con lo representado en una convención totalmente arbitraria, en la que no hay semejanza ni parecido. Por su carácter convencional el símbolo sólo existe mientras haya un intérprete capaz de asociarle un significado utilizando un código aprendido. La lengua está formada de símbolos. La asociación entre una palabra y su concepto es simbólica y esto se puede demostrar diciendo que para el mismo concepto cada lengua ha inventado un símbolo distinto; por ejemplo, paz, pau, peace etc.

Pero en lingüística ¿Qué es ese algo? Unidad lingüística constituida por la asociación de un significante (forma sonora o gráfica) y de un significado (contenido conceptual)… y  ¿Por qué no utilizar directamente el objeto referido en cuestión? Pues porque supongo que es difícil cargar con un caballo, un camión etc… a cuesta.
Pero el signo en si, si no va acompañado de otros símbolos caree de utilidad. Es solo una parte de un código (junto con unas determinadas reglas) que hacen posible la comunicación.

Situación

·         El emisor es quien produce o cifra el mensaje y lo emite.

·         El receptor es quien lo recibe y descifra.

·         El código son un conjunto de signos y de reglas para combinarlos.

·         El mensaje compuesto o cifrado por el emisor ajustándose al código.

·         El canal es la vía por la que circula el mensaje: la escritura, el cable telegráfico o telefónico, el aire (en el mensaje sonoro), el papel donde se escribe, se dibuja o imprime etc.

·         La situación en que se transmite el mensaje.

Caracteres del signo lingüístico

La lingüística, dice Saussure, no es en realidad sino una parte de una ciencia general más vasta, a la que se propone llamar semiología y que estudia “la vida de los signos en el seno de la vida social”. Su fin es reconocer las reglas que gobiernan su generación, producción, transmisión etc. La lingüística es, pues, solo una parte de la semiótica, ya que trata un tipo particular de signos. Dentro de la semiótica se distinguen tres disciplinas: la sintaxis, la pragmática y la semántica.

Ø  La sintaxis: analiza la relación existente entre los distintos símbolos o signos del lenguaje. Esta dimensión se manifiesta en un conjunto de reglas sintácticas o gramaticales que orientan sobre el modo en que las palabras han de estar colocadas para que el enunciado u oración resultante pueda cumplir adecuadamente su función de transmitir ciertos mensajes. Por ejemplo: si alguien dice “no perro muerde mi” para informar de que su perro no muerde, apenas se entendería, puesto que su locución está llena de incorreciones sintácticas.

Ø  La semántica: estudia la relación entre los signos y su significado. También en este caso existen ciertas reglas que permiten formar frases con sentido. Por ejemplo si se quiere decir a alguien que tenga cuidado con el piso resbaladizo que está pisando, se ha de decir las palabras adecuadas para que comprenda el mensaje y por tanto no valdría decir “este piso brilla”, aunque eso también sea cierto y sintácticamente sea correcto, sino que habría que decir “este suelo resbala”. Con este ejemplo queda claro que no basta poner en orden las palabras, sino que es preciso también escoger las palabras adecuadas.

Ø  La Pragmática: es la disciplina que se ocupa de la relación entre los signos del lenguaje y los contextos o circunstancias en que las personas usan tales signos. En el caso del lenguaje, las personas son los hablantes, los signos, las palabras y la dimensión pragmática está constituida por la intención de los hablantes que realizan la locución y el contexto en el que ocurre la comunicación. Por ejemplo la frase “éste todavía está verde”, puede entenderse de manera muy distinta según quien la pronuncie y en el contexto en que lo haga.

Cada una de las tres esferas del lenguaje mencionada, muestra un punto de vista distinto, pero complementario, que ayuda a comprender el fenómeno del signo lingüístico.
Muchos de los malos entendidos y dificultades de comunicación que se presentan en la vida cotidiana son producto de una incorrecta utilización del lenguaje por no tener en cuenta las reglas sintácticas, semánticas y pragmáticas que rigen el idioma.


Propiedades del lenguaje
El canal. En el lenguaje verbal es vocal-auditivo. Esta característica tiene dos consecuencias importantes: la energía necesaria para emitir un sonido es muy pequeña y esta emisión sonora deja prácticamente todo el cuerpo libre para otra acción; también se da en algunas aves y primates, pero el rendimiento no es tan alto.
Difusión, transmisión y recepción direccional, que son consecuencia del uso de sonidos.
Extinción rápida. Los signos una vez emitidos desaparecen y dejan libre el canal para emitir otros nuevos; su existencia es breve pero suficiente para ser captados. También ocurre con los gestos y con los olores.
Intercambiabilidad. Cada miembro de una comunidad es a la vez emisor y receptor de signos. Las dos competencias no son idénticas pero la una acompaña siempre a la otra. También se da en la comunicación animal.
Especialización. El interés no recae en la energía producida por los signos sino en los efectos desencadenados por su producción. Los signos lingüísticos son de gran eficacia energética.
Retroalimentación completa. La persona que habla se da cuenta de lo que dice, por ello selecciona las palabras teniendo en cuenta lo que acaba de emitir y el impacto causado en el otro.
Semanticidad. Es evidente la existencia de un universo extralingüístico al que nos referimos mediante el lenguaje verbal y cualquier sistema de signos; es, pues, la semanticidad la propiedad por la cual las expresiones poseen un lazo que las une con la realidad de modo convencional.
Arbitrariedad. El signo es arbitrario por mantener una relación convencional con lo referido.
Carácter discreto. Las unidades están delimitadas y se organizan por oposición frente a otros signos como los gestos faciales, en los cuales es muy difícil aislar unidades.
Desplazamiento. El lenguaje verbal permite referirse a situaciones alejadas en el espacio y en el tiempo, lo cual es imposible en la mayoría de los sistemas de comunicación, que funcionan en tiempos de aquí y ahora.
Secuencialidad. Es la linealidad determinada por Saussure para el signo lingüístico. Se opone a la simultaneidad de la expresión corporal o los signos gráficos.
Creatividad. Es la posibilidad de los hablantes de una lengua de emitir un ilimitado número de frases aunque no las haya oído nunca.
Tradición. Los hablantes logran una competencia lingüística través de un proceso de aprendizaje dentro de una sociedad; la lengua es el elemento identificador, lo cual no contradice el principio de innatismo de los conocimientos lingüísticos.
Dualidad. Los estructuralistas consideraron que la especificidad del lenguaje verbal residía en la dualidad o doble articulación formulada por Martinet. El lenguaje funciona con dos estructuras simultáneas: una fónica con elementos carentes de significado, y otra gramatical de elementos con significado. Esta propiedad da como resultado el principio de economía, ya que con pocos elementos podemos designarlo todo, y la eficacia, porque la desaparición de algún elemento no impide la percepción como ocurre por Disimulación o prevaricación. Es la capacidad de utilizar el lenguaje para crear secuencias falsas o no verificables. El lenguaje permite mentir o inventar mundos imaginarios, como ocurre en el mensaje literario; esta característica proporciona al lenguaje y a sus usuarios un poder enorme.
Reflexividad. Con el lenguaje podemos hablar del propio lenguaje. Esta propiedad no se da en otros lenguajes. La distinción entre lenguaje y metalenguaje fue el resultado de poner la lengua como objeto de estudio de la lógica, la filosofía, etc.
Traducción e interpretación de otros sistemas. El lenguaje verbal es el único sistema de signos que puede traducir a todos los demás, aunque con distintos grados de aproximación.
Argumentabilidad. Sólo hay razonamiento válido dentro del lenguaje verbal. En otros sistemas hay expresión de sentimientos, necesidades, etc., pero argumentación en el sentido de la lógica, sólo es posible mediante el sistema lingüístico.

Capacidad de aprendizaje. Cualquier persona en condiciones normales puede aprender cualquier lengua, aunque conozca otra. La primera lengua debe aprenderse en los primeros años de vida, ya que el aprendizaje tardío dificulta el logro de un uso normal.

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