RESUMEN DEL QUIJOTE
Un hidalgo cincuentón de la Mancha, Alonso Quijano a quien
sus paisanos llamaban “el bueno”, pierde el juicio de leer libros de
caballerías y decide imitar a los héroes cuyas hazañas veía escrita en dichos
libros y deja de ser hidalgo de aldea para convertirse en caballero aventurero.
Él se pone el
nombre inventado y se hace llamar “don quijote de la Mancha”. Se provee de
armas antiguas y desiguales, propias y de sus abuelos, piezas de armadura, y se
compone un equipo completo de caballero andante.
Encomendándose a su dama, Dulcinea del Toboso, en quien él
había idealizado a la campesina Aldonza Lorenzo, y montado en su desvencijado
caballo Rocinante se pone en marcha en busca de aventuras por los famosos
campos de Montiel.
Después de recorrer nuestro hidalgo fatigosamente la alta
Mancha, solitario en su primera salida, se tropieza con una venta, que él cree
ser un castillo, donde es recibido por dos mozas rameras, la Tolosa y la
Molinera. Vela sus armas y es armado caballero por un ventero bribón, a quien
él confunde con el caballero señor del castillo, el cual le despide
recomendándole que para otra ocasión se provea de dinero y de camisas.
Investido con el nuevo carisma de caballero, su primera
hazaña consiste en proteger a un muchacho, Andrés, a quien su amo, Juan Haldudo
rico vecina de Quintanar estaba amontándolo.
Más tarde encuentra a unos ricos mercaderes toledanos, a
quienes manda que vayan a El Toboso a presentarse a Dulcinea. Al no obedecerle
arremete contra ellos y se cae del caballo. Un mozo de mulas, poco paciente, no
soporta las arremetidas de don Quijote le tira del caballo y le rompe la lanza
en las costillas. Malparado y maltrecho, es recogido por su vecino Pedro
Alonso, a quien él confunde con Rodrigo de Narváez, y con el Marques de Mantua,
personajes literarios de sus libros y
del romancero. El buen labrador lo carga en su asno y lo devuelve a su aldea,
donde es recibido por su sobrina, por el ama, por el cura Pero Pérez y por el
barbero ámese Nicolás con alivio. Lo recogen y lo meten su cama mientras él
sigue asumido en su delirio caballeresco. Estamos a finales del capitulo 5.
En el capítulo 6, el cura y el barbero mandan tapiar el
aposento donde está la librería de don Quijote y hacen una hoguera en el corral
a la que arrojan, ayudando diligentemente por la ama, los libros de caballería
y otras obras de otros géneros literarios que han causado la locura al hidalgo.
Es un capitulo historiador en donde Cervantes da su opinión sobre la literatura
española del siglo XVI.
Una vez recobrado de su primera salida, se provee de
camisas y dinero y busca la ayuda de un escudero, su vecino Sancho Panza, un
rústico labrador y hombre de bien. En fondo Sancho, bobo y socarrón al mismo
tiempo, está encantado con irse de su casa a la aventura y perder de vista por
un poco tiempo a su mujer, de la que más adelante dirá que si bien es verdad no
es muy mala, tampoco es que sea muy buena.
Y se reanuda las aventuras en esta segunda salida de don
Quijote. Se suceden la de los molinos de viento (capítulo 8), la de los frailes
benitos y el del vizcaíno. En este momento se interrumpe la historia porque el
autor (Cervantes) dice que el texto se interrumpe no continua según informa por fallecimiento
del auto.
Pero un día, paseando el autor en Toledo por el barrio de
los mercaderes encontró en la tienda de un especiario unos papeles escritos en
caracteres arábigosy el autor reanuda la historia de don Quijote.. Reinicia la
historia un poco antes interrumpida sobre el gallardo vizcaíno.. A partir de
aquí Cervantes es sólo el segundo autor, porque él esta tomando la historia de
don Quijote de un historiador arábigo.
Reanudada la historia, se encuentra con unos pastores a lo
que don Quijote dirige el discurso de la Edad de Oro (capítulo 11). En este
punto se sitúa la primera historia intercalada, la de Marcela y Grisóstomo, en
la que don Quijote defiende razonablemente el derecho de la joven Marcela a no
amar a quien la ama, aunque se hubiera suicidado por ella. Es el mundo de las
novelas pastoriles.
Después de ser aporreados por un arriero, por Maritornes y
por un cuadrillero de la Santa Hermandad, Sancho termina siendo manteado por
quererse ir sin pagar de la venta.
Con alivio se alejan de la misma y suceden la aventura de
los rebaños de ovejas que toma don Quijote por ejércitos (capítulo 18), la del
cuerpo muerto, el episodio de los batanes, el de la rica ganancia del yelmo de
Mambrino y el de la liberación de los galeotes (Capitulo 22).
Este es uno de los momentos de inflexión más importante de
la Primera parte. Don Quijote concede libertad a una condena de presos,
condenados a remar en las galeras del rey, que iban conducidos por cuadrilleros
de la Santa Hermandad. El más bellaco de los galeotes es Ginés de Pasamonte,
que está escribiendo la historia de su vida como una novela picaresca, en el
que Cervantes reflejó al escritor, y compañero suyo en Lepanto, Gerónimo de
Passamonte.
El episodio tiene graves consecuencias para caballero y
escudero porque serán perseguidos por la Santa Hermandad. Sancho sugiere a don
Quijote que se aparte de los caminos y se refugien en Sierra Morena, y así lo
hacen. Estamos en el (capitulo 23), la novela no terminará hasta el capitulo
52, las aventuras lineales que les suceden a los protagonistas serán ya escasas.
En los capítulos 32-46 en donde llegan a la venta de Juan
Palomeque en donde se suceden nuevos episodios: el de los pellejos de vino, un
nuevo discurso de don Quijote sobre las armas y las letras, la disputa con el
barbero a quien caballero y escudero habían despojado de su bacía azófar en los
capítulos anteriores. Y nuevas novelas intercaladas: ahora la historia del
cautivo, llena de recuerdos cervantinos de su cautiverio en Argel, la cual se
entrelaza con las Historia del oidor y de su hija, que a su vez nos lleva a la
Historia del mozo de mulas.
Fingen un encantamiento de don Quijote y lo encierran en
una jaula en la que es conducido, en un carro tirado por bueyes, por el cura y
el barbero hasta su casa. En el camino encuentran a un canónigo toledano que
viaja acompañado de su comitiva, como un príncipe de la iglesia que es
(capítulo 47 y 50). Con él mantendrán una sabrosa conversación de teoría
literaria sucesivamente el cura y don Quijote, en el que Cervantes expuso su
teoría literaria sobre la novela, las comedias y el poema heroico.
Y así, después de despedirse del canónigo, el cura y el
barbero devuelven a don Quijote y a Sancho a su casa.
SEGUNDA PARTE.
La acción de la segunda parte del Quijote comienza
cronológicamente un mes después de la segunda vuelta de don Quijote a su casa.
Hasta el capítulo 7 sólo hay dialogo: de don Quijote con el cura y el barbero,
de don Quijote con Sancho, de este con su mujer. Aparece un nuevo personaje que
cobrará gran importancia en la acción, el bachiller Sansón Carrasco.
De manera general podemos decir que todo el argumento de
esta Segunda parte se resume en la tercera salida de don Quijote y Sancho.
Sansón Carrasco, para curar a don Quijote de su locura, le anima a que haga una
tercera salida, con el fin de derrotarlo y obligarle, bajo juramento de
caballero, a quedarse definitivamente en su casa y a no salir más por esos
mundos.
En el capítulo 5 hay un sabroso coloquio entre Sancho y su
esposa en el que este trata de convencerla de las ventajas de ser escudero de
un caballero andante. Después caballero y escudero salen de nuevo en busca de
aventuras. Antes de empezarlas don Quijote desea ver a Dulcinea y se encamina a
El toboso (capítulo 9), pero Sancho inventa un encantamiento haciendo creer a
don Quijote que Dulcinea es una labradora a quien encuentran en el camino
montada en una borriquilla (cap. 10). Don Quijote está abrumado por la
trasformación de su dama, verdaderamente poco agraciada , y agobia a Sancho
preguntándole si está seguro de que la labradora es la misma que él ha visto
en El Toboso en la primera parte de la
obra. Sancho pillado en su mentira, no se atreve a acabar de mentir del todo y
termina reconociendo a don Quijote que él sólo la había visto “de oídas”.
Luego acontece el encuentro con el caballero de los
espejos y el escudero de las narices (caps. 12-15). El primero no es otro que
Sansón Carrasco que, siguiendo su plan, va tras don Quijote para derrotarlo, el
escudero es el también paisano Tomé Cecial, que va disfrazado con unas narices
de carnaval desmesuradas que tienen aterrorizado a Sancho. Se enfrenta pero
Sansón es derrotado, con lo que su plan se va al garete y don Quijote queda
reforzado en su designio de seguir haciendo caballerías andantescas.
Después acontece la aventura con los leones y el encuentro
con el Caballero del verde galán, que les invita cortésmente a su casa, donde
les agasaja. Este se llama don Diego de Miranda, y es un hidalgo de pueblo que
lleva una vida moderada, semejante a como sería la de Alonso Quijano el Bueno si
su mente no estuviera sacudida por la quimera caballeresca. No parece que don
Quijote está de acuerdo con esa vida pacifica de don Diego, que además tiene un
hijo poeta, el cual lee sus versos a un entusiasmado don Quijote que no cesa de
alabarlo.
Más tarde asiste a las bodas del rico Camacho (capítulo
20-21), un breve episodio intercalado que ya no tiene el carácter de la primera
parte. Los nuevos episodios están más entretejidos con el hilo principal de la
historia. Es un fragmento semipastoril.
Continúan las aventuras del caballero con l descenso a la
cueva de Montesinos (capítulo 22), que está muy cercana a las Lagunas de
Ruidera, donde don Quijote mediante una revelación soñada de Merlín, en el
encantamiento de Dulcinea, lo cual le mantiene en permanente angustia hasta el
final del libro.
Posteriormente da un salto de lugar, desde La mancha al
río Ebro. Y que posteriormente comenzara un extenso episodio que va desde el
capítulo 30 al 57, el episodio de los duques. El ambiente rural en que hasta
entonces se ha desarrollado la vida de los héroes llega por primera vez a una
auténtica corte palatina, aunque sea un fingimiento de los duques que toman a
don Quijote y Sancho como bufones para entretenerse. Un mayordomo se encargará
de organizar las diversiones de los duques y fingirán la aventura de la condesa
Trifaldi o de la dueña Dolorida, el vuelo de Clavileño, la profecía del mago
Merlín, que crea un tema que reaparecerá continuamente hasta el final :
Dulcinea está encantada y para desencantarla Merlín propone la única solución
de que Sancho debe de recibir tres mil trescientos azotes. Este está abrumado,
sobre todo don Quijote, le apremian y después de muchas protestas, consigue la
prerrogativa de que se los dará el mismo, aunque el socarrón, cuando por fin
decide dárselos cobrándolos a buen precio, se los dará en las cortezas de los
árboles.
Por primera vez van a separarse don Quijote y Sancho,
porque este va a ser nombrado gobernador de la ínsula anhelada: la ínsula
Barataria.
Sancho es recibido en la Ínsula con grandes muestras de
entusiasmo, aunque sus súbditos están asombrados de la pequeñez y gordura del
nuevo gobernador.
El gobierno tiene también sus sinsabores, porque un médico
infernal, licenciado por Osuna don Pedro Recio de Agüero, natural de
Tirteafuera, vela por la salud del gobernador y no le deja probar ningún plato.
Sancho actúa con prudencia repartiendo justicia entre sus súbditos con mucho sentido común,
pero las burlas a que le someten le convencen de su falta de idoneidad para el
gobierno, de tal manera que lo abandona, pero, al ir a reunirse con don
Quijote, él y su jumento se precipitan en una fosa.
Mientras tanto don Quijote recibe de noche en su aposento
la visita de una dama. Él la confunde con la hija del señor del castillo que
viene a disfrutar de los encantos del caballero y no sabe cómo salir del apuro,
porque tampoco está muy seguro de la idoneidad de su ropa interior para una
aventura amorosa; pero resulta ser una atribulada dueña de venerables tocas,
doña Rodríguez que es tan simple que cree que de verdad don Quijote es un
desfacedor de agravios y viene a que le desfaga una a ella: su hija, la joven Rodríguez
ha sido seducida y abandonada y está en un avanzado estado de preñez. El
ofensor no quiere casarse con ella. Es el momento en que don Quijote ayude a
una menesterosa. Se produce el desafío, pero los duques hacen que, en lugar del
ofensor, que se ha fugado, luche contra don Quijote el lacayo Tosilos y se
enamora de ella, con lo que se deja derrotar por don quijote para que lo
casasen con la muchacha.
Reunidos de nuevo caballero y escudero deciden abandonar a
los duques no sin recibir antes don Quijote la visita de Altisidora que finge
estar enamorado de él. Cervantes no permite que se den en la corte palatina de
los duques como bufones.
Se ponen en camino y les ocurre después un encuentro con
nos toros, que atropellan a don Quijote (capítulo 58). Llegan a una venta donde
el caballero se entera de que existe impresa una segunda parte sobre un falso
don Quijote (capítulo 59). Para desmentir al autor apócrifo y dejarlo por
embustero, don Quijote decide no ir a Zaragoza y se encamina a Barcelona.
En el capítulo siguiente se encuentran con un auténtico
héroe, ante el cual la figura de don Quijote palidece, el catalán Roque Guinart
un personaje histórico, un bandolero que por entonces asolaba Cataluña. Se
intercala aquí el episodio de Claudia Jerónima y Vicente, otro caso de amor, en
el que la protagonista mata por celos infundados a su amado.
Don Quijote llega a Barcelona con un salvoconducto de
Rocaguinarda y allí es acogido por don Antonio Moreno, que le muestra la cabeza
encantada capítulo 61-62. En al 64 es vencido don Quijote en loa playa de
Barcelona, por Sansón Carrasco, ahora disfrazado bajo el nombre de El Caballero
de la Blanca Luna, el cual le obliga a volver a su aldea y a renunciar durante
un año a sus veleidades caballerescas. Pero Sansón no logra que don Quijote
reconozca que Dulcinea no es la mujer más hermosa de la tierra. Ella es la más
hermosa y él el caballero mas desdichado por no haber sabido defender, con la
fuerza de su brazo su verdad.
Apenado, deprimido y desnudo de sus armas, emprende el
regreso a su tierra y piensa entonces en hacerse pastor (cap. 67) Antes de
llegar a su pueblo siente tristes presagios. Se siente enfermo y agotado, al
borde de la muerte. Pero antes de morir, recupera la razón, se convierte en
Alonso Quijano el Bueno. Hace testamento y muere.
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